Salir

La otra cara de la revolución bancaria: el fenómeno de la exclusión financiera

¿Hace cuánto que no pisas una oficina bancaria? Lo cierto es que cada vez estamos más abocados al uso de la banca electrónica. De hecho, dos de cada cinco sucursales han bajado la persiana en la última década, hasta el punto de que, a día de hoy, más de 4.000 municipios españoles carecen de una.

Más allá del desarrollo de la banca online, detrás del cierre de oficinas se esconde una clara estrategia del sector para ahorrar costes y mejorar así su competitividad tras los años de excesos previos a la crisis financiera. Así, las más de 50 entidades financieras que operaban en 2008 en la actualidad han quedado reducidas a una docena de bancos que tratan de sobrevivir a la política monetaria del Banco Central Europeo de tipos de interés bajos o incluso negativos que ahoga el margen de intermediación. Al mismo tiempo, la creciente utilización de medios de pago electrónicos y el impulso de la banca online hacen posible que un buen número de operaciones puedan realizarse sin necesidad de pisar una sucursal, disminuyendo notablemente las visitas de los clientes.

Aunque el cierre de oficinas se ha llevado a cabo tanto en zonas urbanas como rurales, quienes más sufren las consecuencias son aquellos pequeños municipios que se han quedado sin sucursal. Además, en las zonas rurales, a la falta de oficina bancaria se suele añadir una deficiente cobertura de internet y una población envejecida y sin formación ni confianza en el uso de las nuevas tecnologías que se ve privada de servicios financieros tan cotidianos como por ejemplo el acceso al efectivo. Este fenómeno es definido por la Comisión Europea como exclusión financiera y se suma a las ya crónicas carencias en servicios educativos, sanitarios y culturales de la denominada España vaciada. 

Desde el punto de vista social, los servicios financieros juegan un papel fundamental para el arraigo en las zonas rurales y la falta de oficinas o de cajeros automáticos está limitando el bienestar de estos ciudadanos.

En estas circunstancias, resulta difícil aventurarse a pronosticar cómo será la prestación de servicios financieros en las zonas rurales en el futuro. Previsiblemente, la estrategia de cierre de oficinas ha entrado en un punto de no retorno ya que, no olvidemos, un banco es un negocio que está para ganar dinero. Seguramente, en el medio plazo, la pura inercia aliviará gran parte del problema de exclusión financiera conforme las nuevas generaciones de los núcleos rurales, totalmente habituadas a las nuevas tecnologías, vayan sustituyendo a las anteriores. Pero, en esta continua renovación, tampoco las entidades financieras tienen su futuro asegurado y nuevos actores como las denominadas empresas “Fintech” podrían entrar en escena y aprovechar su oportunidad. 

 

Autores:

Patricia Bachiller (Profesora Titular, Departamento de Contabilidad y Finanzas, Universidad de Zaragoza)

Alfredo Bachiller (Profesor Colaborador Extraordinario, Departamento de Contabilidad y Finanzas, Universidad de Zaragoza)

Emilio Martín (Profesor Contratado Doctor, Departamento de Contabilidad y Finanzas, Universidad de Zaragoza)

Una versión ampliada de este análisis ha sido publicado en el Suplemento Economía y Negocios de Heraldo de Aragón (fecha: 15 de agosto de 2021) y en el libro homenaje a Vicente Salas publicado por Funcas https://www.funcas.es/articulos/la-otra-cara-de-la-banca-2-0-el-fenomeno-de-la-exclusion-financiera-en-espana/