- Organización del centro
- Información académica
- Apoyo a estudiantes
- Transferencia e Investigación
- Movilidad de estudiantes
- Movilidad Internacional
- Movilidad Nacional
- Calidad
Hasta hace poco, la UE se basaba en la idea de que la innovación debía lograrse simplemente aumentando la inversión en I+D del PIB de forma generalizada. Pero este enfoque ha sido criticado tanto por el mundo académico como por la industria y los responsables políticos. La innovación hoy en día es cada vez más colaborativa y el nivel de innovación viene determinado en cierto modo por el ecosistema regional.
La literatura ha discutido los beneficios y potencialidades de los clústeres regionales. Se ha demostrado como las empresas pueden beneficiarse de la ubicación en un clúster caracterizado por la presencia de clientes exigentes, rivalidad competitiva y complementariedad de productos o tecnologías. Así pues, existen muchos argumentos teóricos sobre los clústeres regionales que refuerzan la visión de los beneficios de la agrupación.
Por otra parte, las redes de conocimiento se consideran los componentes esenciales de los clústeres de innovación. Son especialmente importantes para el desarrollo de los clústeres, ya que determinan la intensidad, el tipo y la dirección de la difusión del conocimiento. Además, desde el punto de vista de las políticas, influir en las redes de conocimiento es bastante fácil. En general, los procesos de innovación son no lineales y complejos. Es difícil definir dónde empiezan y dónde acaban, y qué actores participan. En cambio, las redes de colaboración y de conocimiento están claramente definidas y, en consecuencia, las políticas públicas pueden estar más dispuestas a ofrecer incentivos monetarios a consorcios de proyectos definidos.
En este sentido, el equipo formado por los profesores e investigadores del departamento de dirección y organización de empresas Marta Ferrer, Lucio Fuentelsaz y María Pilar Latorre, argumentan que la capacidad de innovación depende de un conjunto complejo de diferentes variables de estructura de redes colaborativas que, en no poca medida, están supeditadas a los lugares donde se encuentran, y que, por tanto, los sistemas regionales de innovación determinarán la capacidad de los individuos para innovar.
De esta forma, la investigación de este equipo pretende entender, en primer lugar, si la participación en redes de conocimiento realmente conduce a una mejor capacidad de innovación, en segundo lugar, si tener una posición central en esta red tiene un impacto positivo en la innovación, y por último, comprender el papel que juegan los sistemas o clústeres regionales en la generación de innovación colaborativa.
Marta Ferrer Serrano, Lucio Fuentelsaz Lamata y María Pilar Latorre Martínez