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La inversión socialmente responsable ha crecido de forma exponencial en las últimas décadas, y esto ha tenido su reflejo en la industria de la inversión colectiva en la que cada vez tienen más importancia los fondos de inversión éticos o socialmente responsables. Estos fondos se caracterizan por tener en cuenta no solo aspectos financieros sino también otro tipo de cuestiones no financieras a la hora de diseñar sus carteras de inversión. De este modo, nos podemos encontrar con fondos que evitan invertir en determinadas compañías que ejercen su actividad en sectores considerados “moralmente rechazables” por algunos inversores, o fondos que invierten en compañías con buenos registros en cuestiones sociales, medioambientales o de gobierno corporativo. El crecimiento de esta realidad en los mercados financieros ha atraído en los últimos años el interés de la literatura académica por este subconjunto del mercado de fondos de inversión.
En este contexto, el profesor Fernando Muñoz de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza ha analizado el efecto “smart-money” entre los inversores en fondos socialmente responsables. Este fenómeno hace referencia a la habilidad que tienen los inversores para seleccionar adecuadamente los fondos en los que invertir y de los que desinvertir, es decir, se trataría de contestar a la siguiente cuestión: “¿Los fondos de inversión que reciben entradas de dinero en términos netos (los elegidos por los inversores para poner su dinero) obtienen en periodos posteriores mejores resultados financieros que aquellos fondos que sufren salidas netas de dinero (es decir, aquellos de los que los inversores deciden desinvertir)?”
Los resultados obtenidos en un primer análisis parecen indicar una buena habilidad de selección por parte de este tipo de inversores en el mercado de EEUU. Sin embargo, análisis adicionales muestran que esa primera evidencia podría venir generada por otros fenómenos financieros que no tienen nada que ver con una buena habilidad de selección, como serían un comportamiento “return-chaser” (es decir, los inversores eligen aquellos fondos que han mostrado una buena rentabilidad en el pasado) y el efecto momentum, o la persistencia de los flujos de dinero y las consecuencias de la forma en la que los gestores de los fondos administran esas entradas y salidas persistentes de dinero. Otro resultado interesante indica que el tipo de estrategia de inversión ética aplicada por el fondo tiene una influencia en los resultados obtenidos, dado que fondos con distintos “estilos” éticos podrían captar inversores con distintos perfiles. Finalmente, respecto al debate abierto en la literatura acerca de si fondos éticos y convencionales son diferentes o no, se puede concluir que al menos en lo que respecta a esta cuestión y en la muestra analizada, inversores en fondos éticos y convencionales se comportan de forma similar.
Muñoz, F. (2019). The ‘smart money effect’ among socially responsible mutual fund investors. International Review of Economics & Finance, 62, 160-179.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1059056018301163
*Este autor participó en la duodécima sesión de Brown Bag Seminars. En su blog se pueden consultar las imágenes de dicha sesión, así como información adicional: http://bit.ly/BBS-blog-sesion-12 Os invitamos a seguirles en sus redes sociales para conocer a otros autores e investigaciones de interés: Twitter (@BagBusiness), Facebook (@BrownBagSeminars)